Restaurante "Entre Máquinas" by La Fábrica del Canal - Abarca de Campos, Palencia

ana L. T.

Como siempre espectacular.En mi visita al restaurante, quedé impresionada por la exquisita combinación de decoración moderna, rústica y acogedora que invita a disfrutar de una experiencia culinaria única. El ambiente era cálido, elegante y cuidadosamente diseñado para crear un entorno sofisticado.

La atención brindada por el personal fue excepcional, atenta y amable en todo momento. Desde el momento en que llegamos, nos sentimos bienvenidos y cuidados, lo que contribuyó en gran medida a hacer de nuestra cena una experiencia inolvidable.

Pero lo mejor estaba por venir: la comida. El risotto que nos sirvieron como entrada era sencillamente delicioso, con una textura cremosa y un sabor muy bien equilibrado que nos dejó con ganas de repetir. El lechazo castellano, plato principal, estuvo simplemente espectacular. La carne tierna y sabrosa, cocinada a la perfección, nos transportó a la rica tradición culinaria castellana, con sus patatas… mmmm!

Y para culminar la velada, probamos un postre exquisito: cúpula de coco recubierta de frutos rojos. Superó todas nuestras expectativas. Con una presentación impecable y un sabor… fresco y delicioso. Este postre refinado fue el broche de oro perfecto para una comida inolvidable.

En definitiva, el restaurante se destaca no solo por su deliciosa comida, sino también por su impecable atención y su ambiente encantador. Y ¿fuera? Es muy bonito el canal y el jardín. Sin duda, es un lugar al que desearía regresar una y otra vez. ¡Altamente recomendado!

Elena N.

Una maravilla es el resumen.

Primero, destacar el sitio porque poner en valor una harinera en el Canal de Castilla es una pasada y hacerlo con tan buen gusto más. Anteriormente a nuestra visita en varias partes del Canal vi este tipo de edificios derruidos y siempre pensé que debería hacerse una puesta en valor ya fuera con habitaciones, restaurantes, salas de exposiciones... y no dejarlo morir. Así que este proyecto me parece una maravilla porque la obra de ingeniería que es el Canal de Castilla debe ser conocida por todos.

El personal, desde la dueña al jefe de sala, los camareros...no puede ser mejores, atentos y simpáticos que no dudaron en enseñarnos y contarnos cómo se realizaba la harina, ya que todas las máquinas están mantenidas y en perfecto estado.

La comida un placer. Desayunamos y cenamos y todo riquísimo, se notaba la calidad y el buen hacer.

La decoración, tanto de las zonas comunes como de la habitación, está pensada para el descanso, el relax y es preciosa.

Una experiencia estupenda que no dudaremos en repetir.

Marta B. M.

Es la tercera vez que vamos a cenar y es un lugar exquisito. Esta vez tomamos un menú desgustación muy completo. En anteriores ocasiones la carta entre los amigos que íbamos la probamos practicamente en su totalidad.

Los platos son elaborados por Roxana Sevinger, gran chef de Venta de Baños, muy bien elaborados.

El servicio muy amable y el ambiente con la decoración navideña estupendo y acogedor.

Volveremos porque es un lugar que te atrapa por la historia que guarda entre sus paredes.

Clara P.

Quinta vez que vamos, pero siempre nos sorprende con algo. Esta vez con un “huevo en su nido”. Las costillas de atún también geniales, nunca las habiamos probado y una tarta de chocolate para morirte.
El personal es amable y el local es impresionante. Siempre nos hacen sentir especial.

Laura B.

Fuimos a comer hoy y doy un 5 porque no hay más! Desde el primer momento la atención por parte de la chica y chico que nos atendieron excelente.
El sitio es un lugar con mucho encanto, decorado al detalle y muy limpio.
Y qué decir de la comida, platos elaborados con un sabor exquisito, desde los entrantes hasta el postre ni un pero. Calidad precio muy bien. Nos pusieron un entrante y nos invitaron al chupito, pequeños detalles que les hace aún mas grandes.
Muy muy recomendable. Volveremos.

Paula O.

Comida con luces y sombras. Fui a comer a este restaurante un domingo (puente de Todos los Santos). Buena comida, pero sensación agridulce. Precio muy elevado para lo que ofrecen.
RESERVA: Llamé para reservar, porque cierran cocina a las 2:45 y yo no podía ir antes de las 3. Fueron muy amables y me dijeron que no habría problema. Me pidieron que reservara desde la página web y que especificase la hora en un comentario. Al efectuar la reserva es obligatorio poner el número de tarjeta. Una vez efectuada, aparecen las condiciones de cancelación: se cobrarán 25 euros por comensal si se anula la reserva 48 horas antes de la misma.
COMIDA Y ATENCIÓN: cuando llegamos, el restaurante estaba vacío. Carta muy limitada (cuatro entrantes, cuatro carnes, tres pescados y cuatro postres). Atención en sala agradable, pero explicación demasiado escueta de una carta en pizarra en la que no se detalla nada acerca de los platos.
Platos en general elaborados y de buena calidad, pero excesivamente caros. Compartimos guisantes y habas. Probamos, como principales, lubina, rape, sándwich de lechazo, canelón de costilla y solomillo. Postres, tarta de queso, isla flotante y coulant. Los guisantes, exquisitos. Las habitas con crema de patata y huevo tenían un sabor muy fuerte. La yema del huevo estaba completamente cuajada. Todos los principales de 10: muy buen producto, presentación y elaboración; acompañamiento acertado. Los postres estaban ricos. Muy elevado también el precio de las bebidas y el pan. Nos pusieron un entrante y nos invitaron a los cafés.
LOCAL: espacio bonito, agradable y bien decorado. Es interesante como han conservado las máquinas de la fábrica de harinas.

Carmen A. D.

Magnífica rehabilitación del edificio. El ambiente es muy cálido y moderno. La decoración está muy cuidada, aunque aún faltan detalles. El restaurante es estupendo, de calidad y buen trato. Los exteriores son magníficos, con el Canal de Castilla en un costado transmitiendo la paz y quietud de Tierra de Campos.

Juan V.

Perfecto, sin más. Fuimos entre semana a comer (miércoles 22NOV)y fue como estar en casa. Éramos la única mesa y quizás por ello nos hicieron un tour guiado por las diversas plantas donde se encuentran las instalaciones de la antigua fábrica, que han respetado de manera genial.
En cuanto al momento de la comida, resaltar el impecable servicio, la climatización perfecta y el ambiente incluida la agradable música de fondo que contribuyeron a que la experiencia fuese inmejorable.
El aperitivo de mantequilla sublime.
Los platos perfectos, buenas raciones, emplatados a la altura y elaboraciones de gran nivel.
El detalle final de obsequiarnos con un postre helado con aspecto de limón con una vela fue el colofón perfecto para el cumpleaños de mi esposa, GRACIAS.
Es nuestro sitio de referencia en la zona a partir de ahora, nos vemos pronto.
Nos hubiese gustado mucho saludar a la chef , dado que repito éramos la única mesa, pero lo entendemos.