GASAS
5/5
El hotel es demasiado bueno para tener 2 estrellas solamente. Está ambientado absolutamente todo con madera de roble oscuro, lo que lo hace muy acogedor. Hay pocas habitaciones, pero las 2 habitaciones en las que hemos estado mi familia y yo parecían de lujo.
En cada habitación habían 2 camas, en nuestro caso nos hemos pillado 2 habitaciones porque somos 4 personas, pero eso depende más de cada uno. También estaba decorado con cuadros y una mesita junto a dos pequeños sillones. Al fondo de la habitación estaba el cuarto de baño donde hay lo que normalmente hay en uno: una bañera, un retrete y un lavabo. Por cierto, la puerta del baño es superincómoda porque es de madera de roble oscuro (como toda la casa), y costaba abrir y cerrar porque primero había que abrir una puerta a un lado en concreto para que se abriese y encima casi no se habría. Pasa lo mismo con la puerta no de las habitaciones, si no la puerta que hay que abrir para entrar al pasillito donde están las puertas de las 2 habitaciones. Pues esa puerta es insufrible, estaba todo el rato pensando si era a un lado o a otro. Pero quitando estos pequeños detalles el hotel ha sido magnífico porque el personal es maravilloso. Nos dijeron las horas de desayuno y cena, y cuando fuimos nos dieron la carta y elegimos lo que nos pareció. Después, en el desayuno, habían 3 tipos: Continental, tradicional y el último no me acuerdo, pero era de fruta. Yo me elegí el continental, que era un vaso de café con leche o colacao, después un zumo (yo elegí melocotón), y por último o un croassant o tostadas (yo croassant). Todo muy bueno.
El hotel está muy bien ubicado, eso sí, estaba en una montaña y si querías ir a la carretera tenías que subir por una cuesta que yo creo que ni un mototerreno puede subir 🤣🤣. Me ha encantado la experiencia, y perdón por escribir la biblia pero es que me he emocionado 😁.