Bar Milagros - Barcelona

Diego V.

Restaurante de estilo francés, con terraza a pie de calle muy agradable. Producto de calidad y cocina bien ejecutada. Carta variada con platos para compartir.
El steak tartar es un must. Preparado y reposado en mesa con el punto picante adaptado a gusto del comensal. Lo acompañan de patatas paja.
Muy buenos también la ensaladilla rusa (cremosa y con piparra cortada fina), el brioche de de pato confitado con salsa hoisin (mezclando lo clásico y lo asiático) y la burger con queso (era de butifarra pero nos supo deliciosa).
Mesas redondas vestidas con mantel, flores frescas de centro y sillas de mimbre. Ambiente cuidado y bistronómico.
El trato es muy educado por parte de los camareros pero algo lento en nuestro caso (tuvimos que recordar el vino e insistir en la cuenta y el cobro). Muy recomendable.

Gerard M. S.

Encantado! Por fin nos decidimos y reservamos con tiempo. Impescindible! Siempre está a tope.
Pasa a ser uno de mis restaurantes favoritos de Barcelona. No es muy grande y las mesas un poco pequeñas, pero hemos estado muy bien.
El local esta muy bien ambientado, y el público familias y parejas de la zona bien.
El personal muy atento y agradable. Suman muchos puntos solo por esto.
Los platos que pedimos muy bien todos. A destacar las murgules (colmenillas) con foie y trufa nos encantaron. La ensaladilla rusa imperdible.
Salpicón de Bogavante, tortilla abierta, brioix de pato, canelón…..
Muy recomendable el solomillo café de Paris.
Las croquetas no me encantaron y la torrija no de las mejores que he probado
Lemon pie muy bien.
Cerveza muy bien tirada y sirven buen vino a copas a buen precio

ALBERT Z. C.

Buen sitio en Barcelona. Pedimos varias tapas para probar diferente variedad y todo estaba muy bueno. En concreto, el brioche de pato, estaba espectacular y la torrija con helado, sin palabras... deliciosa!

Eugenia C. V. C.

Fuimos mi pareja y yo por San Valentín. Local muy bonito, quizás las mesas demasiado juntas como para tener intimidad pero bueno, la atención y la comida estupendas. Considero que las raciones deberían ser un poco más generosas para que la relación calidad-cantidad-precio tuviese más sentido. Nos encantaron todos los platos pero los precios están inflados, imagino por la zona y porque está de moda. Recomiendo para ir al menos una vez!!!

Yuliya C.

He visto recomendaciones de este sitio por una influencer rusa @katyafoodlover en Instagram.
Fui por primera vez con una amiga y me gustó muchísimo el servicio, la comida, los camareros con sus auténticos uniformes de estilo “old school”
Totalmente mi estética🤍
Me gustó tanto que, en los últimos 4 meses, he ido unas 6 o 7 veces.
Al final, hasta me mudé más cerca de este restaurante, y ahora me preocupa que deje de cocinar en casa 🫣🤣

Pedro A.

¡Una experiencia excepcional! Quiero agradecer especialmente a José por su increíble atención y a Sami por su amabilidad al ayudarnos con la reserva telefónica. Este lugar es espectacular, con un ambiente acogedor que te hace sentir como en casa desde el momento en que llegas. La atención al cliente es impecable y la comida es deliciosa. Sin duda, volveré a disfrutar de este maravilloso restaurante. ¡Altamente recomendado!

Natalia B.

Muy buena atención, camareros súper atentos todo el tiempo. Los platos, buenísimos, especialmente el ravioli de gamba con setas y el brioche de pato. Ideal si buscas un restaurante para cenar o comer en Barcelona. Muy recomendable.

Eloi M. C.

Un festín para el paladar, pero no para la privacidad

Si lo que buscas es una experiencia gastronómica de primer nivel, Bar Milagros no decepciona. La calidad de la comida es extraordinaria: cada plato está elaborado con mimo, ingredientes frescos y una ejecución impecable. Desde los entrantes hasta el postre, todo está pensado para sorprender y deleitar al comensal.

El servicio es otro punto fuerte: atento, rápido y amable. Da gusto encontrarse con un equipo que realmente disfruta haciendo bien su trabajo.

Sin embargo, hay un detalle que empaña la experiencia: el espacio. El local es reducido y las mesas están tan juntas que prácticamente compartes conversación con los de al lado. La falta de privacidad y la sensación de estar encajonado le restan comodidad a la comida, lo que puede hacer que la velada se sienta menos placentera.

La próxima vez optaré por la terraza, a ver si allí la experiencia es igual de deliciosa pero sin la sensación de estar demasiado cerca de los demás. Porque la comida y el servicio merecen la pena, pero el espacio interior deja mucho que desear en cuanto a confort.